Feliz… muy feliz.
El hombre más feliz del Mundo. No, sería egoísta… sólo soy uno más de ellos.
Lo logramos, lo logramos… fuimos dignos y amigos de nuestros sueños y no les fallamos.
Amamos cada día como si fuera éste… éste que sabe a final.
Llegamos hasta donde nos prometieron… y si hoy lloro es de desahogo porque confieso que no pensé llegar.
Me debilité y casi renuncié… me iba a vencer cuando el dolor era demasiado y la indiferencia ahogaba las creencias. Cuando el egoísmo se alió a varios ismos y todos iban por sus caminos sin rumbos.
Tuve miedo lo confieso… y hoy al Padre agradezco.
Lloro por los que en mí lloraron. Juro que no podía andar más.
Mi piel y mi cuerpo incólumes no llegaron… pero mi mirada siempre fue la misma. Más aún mi espíritu dudó… se cansó y casi cae en el abismo. En ese yermo de pasiones a donde canijas las esperanzas llegan luego de ser mutiladas.
La luz que me regalaron la fui dejando con cada hermano y hermana que me tocaron… sólo pude darles vida y sonrisas… sólo pude abrazarlos y dejarles esperanzas y enseñarles de fe. Sólo pude ser pasajero… aunque sí quise quedarme en algún lugar. A descansar y ser humano… a amar y no sólo dar.
Confieso que he vivido y me he cansado… pero jamás pedí algo… sólo entregué mi alma y hoy mi llanto.
He sido ese tiempo pasajero y ese instrumento de su milagro. Jamás dije mis palabras sólo sus enseñanzas… jamás hice mi verbo sólo su voluntad… jamás halagué, sobrevaloré o hice favores… sólo fui el espejo de quienes se olvidaron de ser ellos mismos.
No soy ese ángel ni ese misterioso trovador… no soy aquel buen hermano ni esa bendición… sólo soy lo que asumí ser. Lo que algunos han olvidado… sólo fui lo que vosotros no han aceptado. Sólo, sólo ese milagro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario