No sé esta noche dónde estés, sólo espero que puedas leer esta nota si regresas.
No soy muy culto, no di examen para ser padre, pero creo que en un problema todos debemos dar la solución. Lo de anoche fue... antes quiero que... eso, “quiero”, nunca lo dije no?, bueno creo que con eso debí de comenzar… hijo: “Te Quiero”... qué lástima decírselo al papel sobre esta mesa que nos dio tantas oportunidades.
Hoy quisiera decírtelo tantas veces y abrazarte, pues recuerdo que alguna vez te abrasé pero tu cuerpo hoy ha cambiado, eras entonces un niño y hoy un hombre.
Tú, tu madre y yo... discúlpame por favor, perdóname mi pequeño hijo, por favor perdóname!
Si pudiera regresar veinte años al menos cuando comenzabas la escuela y me diste tu primer dibujo... perdóname mi amor. “Te Amo” y nunca te lo dije, pero la verdad es hoy.
Seguro la calle te acoge como un bloque de cemento más, mientras yo acá en tu habitación te comienzo a conocer cuando yo ya ni me conozco y nada entiendo.
Hoy, hoy lo veo y sé que siempre estuvo ahí pero nunca lo expulsamos, pues nunca lo supimos o quizás lo hicimos común.
¿Cuándo y por qué comenzaron los problemas?, no quería nunca que así sea y hoy no puede ser cierto, no quiero creerlo y me duele.
La alacena, los muebles, tu cama y yo mismo me recuerdan la basura que tuvo un acto miserable en esta casa... pero ¿dónde estás?, ¿cómo estás?, hijo te necesito para cuidar y buscar un perdonar... el tiempo me altera y la desgracia llegó, pues la triste y cruda madrugada se encargó del divorcio con tu madre. La mujer que amé y no supe cuidar.
Ya perdí la mitad de mi vida, por favor vuelve que no quiero perder la otra mitad, pues me lo juré y te encontraré para decirte la verdad… para decirte lo que siento, para decirte... “Mi hijo te quiero”.
Tu Padre.
(Esta es la página 21 de mi libro “Cartas y Azares” - 2002. Con mucho amor un pasaje de un trovador)
1 comentario:
Duele mucho esto y aún así lo vuelvo a leer
Publicar un comentario