Esa tarde, me robaron el alma…
la ensuciaron, la voltearon y se la mostraron.
Entonces, no me vio, ni a mí ni a mis actos…
sólo se acurrucó, abrazó sus sueños a “ella” y partió.
Estoy seguro que desde hoy, las voces que me nombren… ninguna será la de “ella”.
Me senté a esperarla con una súplica de viento, un recuerdo en la piel y una sonrisa que no se entregó.
Hoy sé o ahora lo recuerdo… tal vez yo me traicioné, emocioné, olvidé o simplemente defraudé, y, a los sueños y destellos hice doblegar en la espera de los eclipses de abrazos y suspiros que reflejan el alma.
Un instante alcanzó a “un adiós”, o para éste bastó…
Un acto de amor se añeja en olvido… su voz se apaga y mis actos nunca la alcanzaron.
2 comentarios:
Qué pasó maestro Genibe?
Un abrazo desde Valparaiso.
Si pudiera agradecerte por todo lo lindo que transmites seguro que tu pena ya no estaría.
Besos por cantidades y un amor muy puro con admiración.
Sofi
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