Buenos tiempos mis jóvenes amigos...

He venido a este Mundo para dar amor y abrazar con el alma la esperanza de vida. Ayudar, dar y amar... todo es un mismo sentido de vida. Agradezco a los elementos del Universo por darnos su energía y por permitirnos compartir cada día.
Dios... nos bendice con el día y el respirar que son un milagro.
Gracias a Dios Padre... y gracias a las voluntades de cada uno de ustedes de amar y sonreír.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Sólo es un instante más...


Las voces siguen seduciendo al cansancio y a ese sudor que ha naufragado en las orillas de los suspiros que aún no me recuerdan…
Los corajes y destellos se han recostado en el regazo de mi edad y me cuentan historias raras. Me musitan del amor y del temor…
Volteo y noto que siempre han estado ahí… entre las lámparas y las sombras, ahí la nostalgia ha estado y no ha desaparecido sólo me ha permitido la magia de los instantes pero siempre regreso a mi rincón en donde su retrato sin marcos me da ilusiones y en donde las sombras me abrigan para alejarme de esas otras realidades…
Hoy, de mis gritos bien sabe el carboncillo. Hoy, que he vivido la edad de todos los que me visitaron y llorado la pena de todos los que desconozco. Hoy que he sonreído y escuchado, hoy que me he cansado para que ellas y ellos sueñen… hoy ya han pasado 16 años desde que me acuerdo, desde que me recuerdo de mí mismo y de mis huellas del alma y gritos al viento.
Aún escucho melodías entre ese silencio y aún creo en creer como así justifico al amor en esos mágicos instantes de dicha… eso, instantes de dicha que resolvieron en vidas de felicidad…
¿Cómo no seguir soñando, luchando y amando si estoy seguro que esta noche la volveré a soñar?, ¿cómo renunciar si sé que su mano algún día me tocará?
Amar y amarla…
Aún en este instante siento el ahogamiento del amor y esa desmedida sensación de saber que me falta el aire y la reacción por sólo pensarla, aún hoy siento esa ironía abnegada de poder morir y vivir por “ella”… aún hoy escribo y vivo, y, siento y reto al universo y esos sus dioses a que me roben los instantes en que me tengo a mí mismo entre la cuna de mis propios recuerdos y el abrazo de los que partieron.
Aún hoy puedo renunciar a todo y seguir siendo yo mismo con la pasión de las escrituras tatuadas en mis venas y esas noveles sonrisas que retan a lo opuesto del propósito de vida… a “amar”… porque “dar” es la consecuencia…
…sí es que viví en sus suspiros ya no gasten más aliento en mi nombre ni que el furtivo tiempo sea el mercader de sus sonrisas… han pasado sombras y roces con ganas que se quedaron en tiempos vagabundos de insanias y agradecimientos vacuos de muerte.
…tantos y tanto… sólo transeúntes y pasajeros de un tiempo que me visitaron… parte inicial de los días venideros y eslabones de sonrisas.
Soledad, fiel compañera… debes de saber que “ella” algún día vendrá y se quedará o simplemente yo partiré o en ti moriré.
He estado, visto, sentido, llorado, abrazado, disfrutado, amado, vuelto a llorar… y aún estoy en tus propios estados y en esa esperanza sujetarse del tiempo pasajero es sólo el ápice a seguir soñando.
Hoy ya nunca más será un nuevo día… sólo un instante tan valioso como el primero y único eterno sentir.
Sientes? sí, soy yo… y tú eres más… somos lo que soñamos y amamos… somos hoy esa mirada y eso que callaron los cobardes… somos ese sueño y esa mano que sujetamos… siente, sólo siente y aquí estamos…


…soledad, gracias por no partir.

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