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Ebrio de estados y caricias diáfanas consternadas como el recuerdo que me dejó un "ojalá"...

A veces siempre te miro y algunas otras nunca te olvido... si es que aún ardo es por las palabras que besan las angustias y esas doncellas que musitan tu velada con esa sombra que me ayuda a vivir con la danza de las hojas secas, chismosas e iracundas... esas, sólo esas que se pierden al viento entre rajes y quejas que el fuego consuela.

Vivo enamorado es cierto... la dicha ha tocado... el pasado me recuerda qué debo sentir y el vivir me apura por su latir... por eso no olvidar ni al doblar las respiraciones de esos abrazos ciegos del puente de una mirada.

Tanto, tantos.. y aún así estoy sentado viendo, viviendo... estando.

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...no hagan bulla ni respiren para poder descansar de mí mismo.