Esa noche caí entre golpes a ese piso que siempre me supo abrazar... mis ojos cerraron esperanzas y se sellaron con las lágrimas que la miraban entre agonía y súplicas...
Cruzó el puente. Se dejó llevar por el viento que apuraba a las olas, me miró y sonrió... miramos alrededor y nos cegamos ante el sol que tímidamente se ocultaba en ese mar que luego escucharía nuestros juramentos... así creo que me olvidé de todo y ella partió como solían hacerlo los sueños.
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