No he dejado de amar a la humanidad y al simple hecho de cerrar los ojos para saber que el amor está en los espíritus y verbos de desear abrazar... y entre tantas otras voluntades que me resultan imposibles de olvidar.
He obligado a mis párpados a negarse a tumbarme a sólo sentir en esa cárcel que contiene a mi mirada a tenerla lejana y distante o simplemente soñada.
Será acaso que sólo se me permitió verla entre vientos y susurros para tentarme con su sonrisa y dispararme al alma con su misma mirada?
Díganme ahora por qué debo de haberla visto y saber que sí era cierta mi insania de amarla sin conocerla...
por qué su nombre me recuerda mi infancia y el mismo amor de mi madre y sus brazos que me soltaron para que ella me recoja...
por qué la distancia siempre me enmudece y ahora me obliga a cerrar los ojos para sólo seguir imaginándomela.
aún así sé que existe... o quizás sólo existió.
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